presupuestos (2)

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Para elaborar los presupuestos de un país, proceso largo y complejo y como paso previo, se diseña un escenario macroeconómico que permita a los expertos establecer lo que podríamos denominar, reglas del juego sobrevenidas y que están formadas por eso que, en matemáticas, llamábamos variables independientes. No son exactamente independientes, como las otras no son totalmente dependientes, pero casi. ¿Qué contiene ese escenario macroeconómico?, pues la previsión sobre la evolución del PIB (producto interior bruto), el comportamiento esperado del empleo, la población que tendrá el país, ya sea como consecuencia de los movimientos naturales o de los migratorios, una estimación sobre el sector exterior, exportaciones e importaciones, etc.

Del acierto en el escenario depende en gran parte el acierto en los presupuestos. Pero ese escenario se estima en dos momentos. El primero es bajo los supuestos de que no se producen cambios en la política económica del gobierno y en que no se producen alteraciones en el entorno económico exterior, entorno que cada día es de mayor dimensión e importancia como consecuencia de la globalización. El segundo momento de cálculo es bajo la aplicación del teórico presupuesto que se considera oportuno presentar y con los cambios de política económica que se desean introducir.

SombrasUn ejemplo de política económica que afecta a la gestión presupuestaria es la política energética. Si, por ejemplo, se adoptan planes de ahorro se puede influir sobre la balanza de pagos, al reducir las importaciones de petróleo y gas. Si, siguiendo en este ámbito, se decide congelar la tarifa eléctrica o dejarla evolucionar al dictado del mercado o eliminar la tarifa regulada, se influye en el consumo eléctrico y puede afectar a la industria. Si la tarifa eléctrica española se mantiene como la tercera más alta de Europa, aquí, a decir de los expertos y de Eurostat (oficina de estadística de la UE), la industria se resentirá. Es posible que el estado recaude unos euros más por el impuesto sobre la electricidad, que Ud. y yo y una parte de las empresas pagamos todos los meses en el recibo de la luz, pero gastará más en prestaciones por desempleo al afectar negativamente al sector industrial.

Con este simple ejemplo acabamos de ver la importancia que tiene el cuadro macroeconómico que plantea el gobierno al presentar los presupuestos y que es uno de los aspectos más discutidos en el debate parlamentario. Uno de los libros que acompañan a los presupuestos es el relativo al denominado, en la actualidad, Informe Económico y Financiero, que forma parte de la llamada serie amarilla de los libros en que se divide la información presentada en el Congreso de los Diputados y que recoge el escenario macroeconómico. Pues bien, en la página 14 de dicho informe se cambia la reiterada afirmación de que la salida a la crisis económica procedería del sector exterior al reconocer que, como vienen afirmando los entendidos, el sector exterior está actuando de freno de la economía española a lo largo de 2014 e incluso desde finales de 2013. Y ahora se habla del aumento de la demanda interna como factor decisivo en la recuperación. La pena es que ese factor decisivo es principal culpable del aumento del deterioro de la balanza comercial, pues una parte significativa del aumento del consumo final en España se traduce en un aumento de las importaciones, especialmente de vehículos de alta gama que se fabrican en el exterior.

Si como dice el indicado informe, página 33, el euro ha sufrido una fuerte depreciación con relación al dólar desde mayo, ¿cómo es posible que nuestra balanza de pagos se esté deteriorando? Ello debería de haber supuesto una mejora de nuestras exportaciones y una disminución, por encarecimiento, de las importaciones. Pero nada de ello ha ocurrido. Si a esta paradoja le añadimos que el principal destino de nuestras exportaciones es la UE y ya se habla de una entrada en recesión de los principales países, Alemania, Francia e Italia, va a ser difícil que España logre ese crecimiento que prevé el gobierno, 2% del PIB para 2015, después de un crecimiento del 1,3% en 2014 y que aún no conocemos.

La siguiente frase está tomada del muy citado informe, páginas 73-74, y es literal, “Dicho escenario se fundamenta, esencialmente, en la creación de empleo, el tono positivo de las expectativas tanto de consumidores como de empresas, la moderación de precios y salarios, la mejora gradual de las condiciones financieras para empresas y familias y el dinamismo del sector exportador.”

En mi anterior entrada, aquí, sugería que los presupuestos generales del estado para 2015 se merecían la canción de Luis. E. Aute, Los Fantasmas. Después de leer la frase citada anterior, seguro que empiezan a estar de acuerdo conmigo. Porque a estas alturas del siglo XXI cifrar la bondad de unos presupuestos en las expectativas de consumidores y empresas, que desconocemos quién y cómo se han medido, suena fuerte. Como suena fuerte afirmar que se está produciendo una mejora gradual en las condiciones financieras para empresas y familias.

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