fútbol, negocio y descaro (y II)

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Toda esta situación de desgobierno se ha desatado porque la competencia con otras ligas futbolísticas es tremenda, especialmente con la inglesa, y con aquellos clubs que se dice que son propiedad de entidades públicas o semipúblicas de otros países, por ejemplo, Qatar. Equipos y ligas que disponen de recursos financieros muy superiores a los que se manejan en España. En mi opinión se está perdiendo el sentido deportivo y se impone el sentido de negocio, de tal manera que lo único que importa es la cuenta de resultados. El mundo del ocio se está desbordando, ya se empiezan a oír críticas a los costes de los conciertos musicales y consecuentemente a los precios de las entradas.

Y volviendo a nuestros clubs profesionales de fútbol nos encontramos con más casos preocupantes, amén del caso del Barcelona. El Club Atlético de Madrid, SAD que cuenta con un pequeño patrimonio neto de algo más de 13 millones de euros, a 30 de junio de 2021, tiene una deuda cercana a los 1.000 millones de euros a esa misma fecha, ¿qué hará este club para revertir su delicadísima situación económica y financiera que se verá agravada al haber quedado fuera de cualquier competición europea para lo que resta de temporada? Otro caso crítico es el del Real Betis Balompié, SAD que tiene un patrimonio neto negativo a 30 de junio de 2022 de 70 millones de euros y acumula una deuda de 225 millones de euros a la misma fecha. Pero hay más casos problemáticos como son los del Valencia Club de Fútbol, SAD que tiene una deuda a 30 de junio de 2021 de casi 400 millones de euros o el caso del Levante Unión Deportiva, SAD que descendió a segunda división al finalizar la temporada anterior y acumula una deuda de 107 millones de euros, sin olvidar al Sevilla Fútbol Club, SAD que superó los 200 millones de euros de deuda en junio de 2021.

Una entidad crítica en todo este desaguisado, que guarda un silencio atronador y que no está cumpliendo la labor que tiene asignada, es el Consejo Superior de Deportes (CSD) que, en lo tocante al deporte profesional, actúa como una especie de organismo regulador que debería vigilar porque se cumplan las reglas. Y es que sorprende que, a estas alturas del año, tan solo cuatro clubs han publicado las cuentas anuales del ejercicio 2021/2022 o que el Rayo Vallecano haya omitido la publicación de la memoria anual del ejercicio 2020/2021 o que el Mallorca no haya publicado, no ya las cuentas del ejercicio 2021/2022, ni tan siquiera las del periodo 2020/2021 y eso que es una entidad que hasta hace bien poco estaba en concurso de acreedores, sin que el CSD diga o haga absolutamente nada. Y es que el propio CSD no ha publicado aún la situación del fútbol profesional de la última temporada. ¿Cómo pueden los clubs de fútbol pretender que el Estado les ayude cuando no se dan las mínimas condiciones de transparencia?

Esta falta de transparencia es muy acusada pues acceder a las cuentas anuales de los distintos clubs en sus páginas webs es toda una aventura de averiguación en la mayoría de los casos. Caso paradigmático es el del Barcelona que publica las cuentas anuales en una página que no es la que corresponde. Los cuatro clubs que han publicado las cuentas anuales de 2021/2022 son Real Madrid, Barcelona, Betis y Osasuna, cifra claramente insuficiente para hacer cualquier estudio o seguimiento de la actividad.

Para completar el marco la Liga de Fútbol Profesional (LFP), patronal de los equipos de fútbol profesional y gestora de las competiciones de primera y segunda división, no ha dado a conocer aún el reparto de los derechos de televisión entre los distintos clubs con derecho a percibirlos de la temporada 2021/2022, ¿siguen haciendo cálculos? Una asociación no parece la mejor figura jurídica para acoger a la patronal del fútbol profesional que, no olvidemos, es quién suscribe los contratos de explotación de los derechos televisivos. Y aquí nos encontramos con un problema serio, se confunde lo que es la patronal del fútbol profesional con la competición, de tal manera que las informaciones de una y otra se entremezclan, confundiendo cuestiones distintas y distantes.

Aunque dentro de este panorama desolador siempre es posible encontrar un club que merece consideración, la SOCIEDAD DEPORTIVA EIBAR, SAD que a 30 de junio de 2021 ocuparía el séptimo lugar en una teórica clasificación por patrimonio neto entre todos los equipos que figuran en la tabla adjunta, y el que menor endeudamiento tenía de todos ellos. No importa la categoría en que juegas, porque cuando las cosas se hacen bien y acorde con tus posibilidades eres un club de primera.

En definitiva, el fútbol profesional en España está comido por la carcoma de la mala gestión económica y aquellos que deberían velar por su salud, CSD y LFP, no cumplen con su cometido. Y no olvidemos que nos afecta a todos porque lo pagamos vía publicidad, tan es así que hay un canal de televisión que casi vive de explotar esos derechos.

Derechos, otro intangible. Este mundo está lleno de intangibles que mueven mucho dinero. Tanto dinero que los clubs profesionales de fútbol adeudan más de 5.600 millones de euros, una auténtica barbaridad que nadie sabe cómo se va a pagar. Porque yo sí sé cómo se pagará la deuda del Estado, ¿saben los defensores de la austeridad y la consolidación fiscal cómo se va a pagar la deuda del fútbol?

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