Pues sí, máxime en un país tan bancarizado como el nuestro y después de las aventuras vividas en los últimos años. Aventuras que nos han causado pérdidas de más de 40.000 millones de euros y el contador no se ha parado aún. Aventuras que han llevado a la detención de un expresidente de la Generalitat valenciana, a que se formulen graves acusaciones sobre un exvicepresidente del Gobierno y a que se ponga en cuestión la gestión de varios consejos de administración de cajas de ahorros y bancos, sin olvidar las otras “menudencias” de retribuciones indebidas y pensiones anómalas, aunque algunas de ellas contasen con la bendición apostólica. En definitiva, a un desastre del que seguimos sin querer hablar en serio. Aprovecho para pedir que los nuevos gobiernos de las comunidades autónomas impulsen comisiones de investigación, en los respectivos parlamentos, sobre lo ocurrido con bancos y cajas de su territorio, muy especialmente por lo que afecta a la Comunidad Valenciana. Y la cito, no por algún tipo de fijación, es porque allí radicaban Bancaja, Caja de Ahorros del Mediterráneo y Banco de Valencia.
¿Y por qué hablo de esto? Pues porque el Banco de España (BdE) ha hecho pública la Memoria de la Supervisión Bancaria en España correspondiente al año 2014 y aparecen unos datos, consolidados, del sector financiero español que merecen ser comentados. Dichos datos aparecen al final de la memoria en un prolijo anexo estadístico por el que debemos felicitar al supervisor. Con anterioridad, en un blog cultural con el que colaboro regularmente, gracias a la osadía de sus editores que les lleva a confiar en mi, publiqué en marzo y abril sendos artículos sobre el sector financiero, aquí y aquí, con los datos que íbamos conociendo y que no eran muy alentadores.
Hago un paréntesis para dejar constancia que en el citado blog, amanecemetropolis.net, no me han impuesto restricción alguna y, a veces, celebran mis entradas.
Empecemos por indicar que los llamados Establecimientos Financieros de Crédito (EFC) han dejado de ser considerados Entidades de Crédito a partir del 1 de enero de 2014 y por tanto ya no forman parte de lo que el BdE denomina Entidades de Crédito con Actividad Financiera Directa (AFD). Tanto si la información de origen las incorporaba en ejercicios anteriores como si no, he procedido a ajustar todos los datos manejados para que las EFC no estén incluidas.
El primer dato que llamó poderosamente mi atención fue el relativo a la rentabilidad de las entidades una vez clasificadas por su tamaño. Antes debo explicar que los Activos Totales Medios (ATM) es un valor básico para estudiar la rentabilidad de las entidades crediticias, pues es una especie de valor continuo de la materialización de los recursos obtenidos. Pues bien, los mayores bancos y cajas, que manejan el 64,61% de los ATM de todas las entidades con AFD en España, obtienen en conjunto un menor resultado final que el resto de bancos y cajas, ¿les asusta? A mi me preocupa. Esto significa, lo queramos o no, que la gran banca está atenazada por el pasado y que aún guarda en su activo un gran cantidad de bienes improductivos y, en consecuencia, de escaso valor. Indicaré que el BdE considera en su informe como Mayores Bancos y Cajas a BBVA, Banco Popular, Banco Sabadell, Bankia, Bankinter, CaixaBank y Santander.
En el cuadro que figura a continuación pueden ver, tanto el dato citado con anterioridad, como la ratio entre los Resultados antes de Impuestos y los Activos Totales Medios para cada uno de los tres grupos de entidades en que las ha dividido el BdE:
Y con tan escaso margen de rentabilidad sobre ATM es fácil preguntarse ¿qué ocurriría con la cuenta de resultados conjunta de las entidades financieras si procediéramos de verdad a registrar los activos por su valor de mercado, que no es otro que el resultante de capitalizar la rentabilidad esperada? Esto nos demuestra que no se puede levantar la guardia. Pero hay más datos de interés que nos deben servir para estar advertidos de lo que pueda ocurrir en el futuro, no solo por lo que pueda afectar a las entidades si no, muy especialmente, por las decisiones que estas adopten y como nos afecten en el día a día. En el cuadro que hay a continuación figuran las magnitudes más significativas de la cuenta de resultados de las Entidades de Crédito con AFD en el periodo 2011-2014:
Vemos que el Resultado antes de impuestos ha mejorado muy significativamente. Uso el Resultado antes de impuestos para evitar las distorsiones que el Impuesto sobre Sociedades produce en el resultado final. Pero el Margen de intereses, que es la diferencia entre lo quecobran por prestar y lo que pagan por que les presten, ha empeorado y no hay visos de que mejore, ahora entenderán por qué han subido, y más que van a subir, las comisiones bancarias. Si no las ven subir en volumen es porque el número de operaciones desciende.
Para que se hagan una idea del colapso en el negocio bancario les diré que el número de terminales de puntos de venta, esos cacharritos que sirven para que paguemos en los comercios con la tarjeta de crédito, se ha reducido entre 2011 y 2014 en un 38% y las tarjetas de crédito en circulación, en el mismo periodo, han descendido un 20%. Cifras muy significativas.
Volviendo a la cuenta de resultados, vemos que los ingresos procedentes de resultados financieros, que recogen operaciones no estrictamente bancarias y que no son recurrentes, han salvado la cuenta de resultados de los 2 últimos años. Si tenemos en cuenta que los gastos de administración ha disminuido por lo que corresponde al personal, per el resto de gastos generales han crecido en este periodo de tiempo, 2011-2014, nos damos cuenta de que a las entidades de crédito en España les queda mucho por hacer para estabilizar su cuenta de resultados. Todo ello sin olvidar que, aún en el ejercicio 2014, las pérdidas por dotación de provisiones y por el reconocimiento de deterioro de los activos han supuesto en conjunto 18.000 millones de euros. Más les valdría a los banqueros estar una temporada en silencio, concentrados en mejorar su situación. Repito, no se puede bajar la guardia.
Y la guardia ha cambiado de manos. Desde el 4 de noviembre de 2014, fecha en la que entró en vigor el MUS (Mecanismo Único de Supervisión), siendo el Banco Central Europeo (BCE) el responsable de dicho sistema, que en España afecta a la mayoría de las entidades, aunque no a todas ni por todas las operaciones que desarrollan, quedando fuera de la supervisión directa las denominadas entidades no significativas. Es de esperar que el BCE nos dé a conocer, a los ciudadanos, las oportunas advertencias y comunicaciones sobre la salud de nuestras entidades financieras. El caso es que ya ha pasado más de un semestre, desde la entrada en vigor, con doce meses adicionales de preparación del MUS, y no se conocen informaciones al respecto. Tan solo se ha publicado el informe de 2014, en marzo de 2015, que casi se refiere en exclusiva a las tareas de puesta en marcha del MUS. Como curiosidad del informe anual citado, del que les dejo el enlace para que puedan acceder a él, les cito este párrafo final del apartado dedicado al régimen lingüístico de la página 79, “La mayoría de entidades significativas ha aceptado el inglés como lengua de comunicación con el BCE, si bien 33 entidades significativas Alemania, Austria, Bélgica, Chipre, Eslovenia, Finlandia, Francia e Italia han expresado su preferencia por utilizar su lengua nacional para la comunicación.” Algunos se quejan de lo poco que utilizamos el inglés en España, en otros países lo rechazan directamente.
Y para descartar el fácil juego con palabras españolas que pueden llevar a confundir unas siglas, no sé por qué no se ha utilizado en esta ocasión las del inglés SSM (Single Supervisory Mechanism) pues, a la vista de lo acaecido en los últimos años, alguien podría pensar que nos estamos refiriendo a un juego o al mundo de los casinos. Y si todo quedara en sufrir un órdago a la chica, no tendría importancia pues ya sabemos que, como nos recordaba Mingote en su manual, jugador de chica perdedor de MUS, pero como nos llegue un órdago a grande o a pares, confiemos en que los rectores del MUS sepan jugar al MUS.