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El juego de palabras viene a cuento del aumento del IBI que, de acuerdo con las informaciones, va a llegar en breve. El IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles) es la principal fuente de recaudación de los ayuntamientos y todos los propietarios o usufructuarios de derecho de un bien inmueble (Estado incluido), ya sea de naturaleza urbana o rústica o de características especiales, tienen que hacer frente al mismo. Aunque hay excepciones, ya saben que los lugares de culto católico no pagan IBI ni los destinados a educación ni las carreteras ni los inmuebles afectos a la seguridad o a la defensa ni los centros del sistema penitenciario y algún otro.

En el cuadro que sigue a continuación pueden ver, de forma resumida, el conjunto de los ingresos de naturaleza tributaria, impuestos y tasas, de los municipios españoles en 2014, por grandes grupos y se puede comprobar que el Impuesto sobre Bienes Inmuebles representó casi el 50% de dichos ingresos. Ninguna otra figura tributaria se le aproxima. Ni tan siquiera el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras alcanzó en el punto álgido de la burbuja ese nivel de recaudación, en 2006 tuvo una recaudación líquida de 2.242 millones de euros. Volviendo a la recaudación por IBI estamos hablando en 2014 de casi 11.500 millones de euros, cifra equivalente a más de la mitad de lo recaudado por el Impuesto sobre Sociedades en dicho ejercicio y a 5 veces la recaudación por el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones.

Ingresos tributarios de los municipios en 2014Este impuesto, el IBI, está ligado al Catastro Inmobiliario, fuente de información sobre el suelo del territorio español, su división, afección y uso. Pero cuidado con las competencias. Uno ya ha aprendido que competencia no es sinónimo de transparencia. Navarra y País Vasco disponen de competencias en materia catastral y, con las competencias hemos topado, amigo Sancho, y disponer de información estadística de toda España es un imposible. Aunque algún estudio hay, de tortuosa localización, y de relativa actualidad. Pero debo reconocer que es un buen trabajo, aunque discrepe conceptualmente con él, porque incluir las diputaciones de régimen foral (las susodichas escamoteadoras de información catastral y sobre el IBI) como administraciones locales, en mi humilde opinión, desvirtúa los análisis.

El IBI es un tributo local que regula el Estado. Pues es éste el que fija los topes mínimo y máximo del tributo, las no sujeciones y las exenciones (que no es lo mismo) y también las bonificaciones y la base imponible, pero todo ello en el territorio de fiscalidad común, pues las haciendas forales, Navarra y País Vasco, tiene competencias en la materia. Por eso es que la mayoría de los análisis no incluyen datos de los municipios de estas dos comunidades autónomas. Parece que tener estadísticas del conjunto del Estado podría darle fiebre a alguno. Y van a ver qué bueno sería disponer de datos del conjunto para poder hacer comparaciones entre los territorios y las políticas que se aplican en cada uno de ellos.

Como les decía, la base imponible del tributo también la determina el Estado a través de las Dirección General del Catastro, que es el organismo encargado de dirigir y bendecir las nuevas valoraciones del suelo urbano y rural y que determinan las nuevas cuotas a pagar. En el IBI se usa un pequeño “truco” para que los contribuyentes asimilemos las nuevas valoraciones y por ende las nuevas cuotas. Veamos, cuando se hace un nuevo cálculo, lo que no puede ocurrir antes de transcurridos 10 años desde el anterior, la nueva valoración se va incorporando a la base liquidable del IBI a lo largo de 10 años. Hay muchas personas, una parte de los habitantes de Madrid, por ejemplo, que habrán comprobado que su IBI ha ido subiendo de forma continua desde hace bastante tiempo y es que en 2001 se aplicaron nuevas valoraciones que se trasladaron a la base imponible desde 2002 hasta 2011 y en 2011 hubo una nueva valoración que se está trasladando desde 2012 y terminará en 2021. El aumento continuo.

Por esta razón en el IBI se pueden bajar los tipos y recaudar más, porque la base liquidable es mayor como consecuencia de la nueva valoración y todos quedamos bien. Titulares de prensa, “el IBI baja”, recibo a pagar, sube. Y esto de las valoraciones, a pesar de estar regulado por ley la formación de las ponencias, es un procedimiento, dicho mesuradamente y con respeto, oscuro. Oscuro porque la valoración pretende aproximarse a los valores de mercado, pero sin superarlos, pero he tenido que recurrir valoraciones superiores en viviendas de protección oficial, y no conozco ningún caso en que, como consecuencia de la crisis inmobiliaria, en que el valor del suelo y, por ende, el valor catastral, haya disminuido, hasta la fecha. Oscuro porque la puesta en marcha de los procedimientos para llevar a cabo la valoración del suelo y la construcción no son anunciados a los afectados. Oscuro, porque no todas las unidades inmobiliarias de un municipio están valoradas en el mismo periodo. Y todo ello en espera de los efectos de la autorización concedida por el Gobierno el día 2 de diciembre y que nos aseguran que habrá municipios en los que los valores bajen. El IBI de mi domicilio en Madrid ha sufrido un aumento del 60% en los últimos 10 años, y eso que el tipo nominal es menor, y esto por haber sufrido 2 actualizaciones de valor en los últimos 15 años.

Con la información que proporciona la Dirección General del Catastro, a mayo de 2015 y por lo que hace a inmuebles urbanos, sin Navarra ni País Vasco, he obtenido la tabla que figura a continuación.

IBI 2015, resumen por comunidades autónomasEn ella pueden ver las diferencias que se producen por aplicación de tipos diferentes y lo curioso de un proceso de adaptación de valores y bonificaciones aplicadas en el que en algunas comunidades el tipo medio teórico (3) / (1) es inferior al real y en otras es al contrario. El caso más destacado es Ceuta, con el mayor tipo teórico y el menor tipo real, del 50%. Y pueden comprobar, además, que la presión fiscal que se ejerce con este impuesto provoca que en la comunidad autónoma con mayor base imponible y liquidable (Madrid) sus ayuntamientos no sean los que más recaudan ni los que más podrían recaudar, la insuficiencia de recaudación sobre la media se la pedirán a otros.

Los tipos en el IBI oscilan entre el 0,40% y el 1,10%, para los urbanos y entre el 0,30% y el 0,90% para los rústicos. Ya ven que queda recorrido, en cuanto a los tipos, y no digamos en cuanto a los valores. La Dirección General del Catastro, al tiempo de informar de bases y cuotas, informa del número de recibos emitidos y de la antigüedad de la última valoración. En España se emitieron, en 2015, casi 37.500.000 recibos. Cifra considerable. Y de ellos, más del 50% tuvieron la última valoración antes de 2004, sorprende que un 10% tuvieran la última valoración antes de 1994, ¿cómo van a mitigar el susto los propietarios cuando les actualicen los valorares catastrales, después de más de 20 años?

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