… y saber
Esta mañana, un amigo al que no identifico para preservar su “integridad financiera”, me ha comentado una anécdota relacionada con el saber o cultura de los bancarios. Debería decir de nuestros bancarios, no por ser propiedad, sino por sufrirlos. El saber es importante y no está relacionado con los títulos que se posean, la cultura es más importante y está relacionada con la inquietud de las personas.
Cultura y saber
Generalmente entendemos que una persona es culta porque tiene amplios conocimientos de materias diversas. Un rasgo que caracteriza, habitualmente, a las personas cultas es su educación, en el sentido de respeto. Las personas cultas son muy respetuosas y educadas con los demás, rara vez verán a una persona culta no escuchar o hacer ver que el otro es inferior en conocimientos.
Cosa distinta es cuando hablamos del saber. El saber es conocimiento profundo o avanzado de una determinada materia. Hay personas cultas pero de un saber limitado, de la misma forma que hay personas de un extenso saber y de limitada cultura. Lo malo es cuando nos enfrentamos a personas de escaso saber y limitada cultura. Y mucho peor aún es el grupo, reducido por fortuna, de personas incultas e ignorantes que no son conscientes de que lo son, muy al contrario, creen saber de todo y conocerlo todo.
Y mi amigo ha tenido el infortunio de tratar con un bancario que pertenece a este último grupo de personas altaneras, ignorante e inculta, lo que deduzco por su falta de respeto.
Capital social y prima de emisión
Las sociedades mercantiles disponen de un capital social, que representa los fondos desembolsados por los socios, y es una señal del nivel de garantía que ofrece la sociedad en cuestión. Pero hay una partida, identificada como parte de las reservas y que forma parte de los fondos propios, denominada prima de emisión que también representa un desembolso de socios y aumenta el nivel de garantía de la sociedad. La prima de emisión no existe si no hay desembolso. Cualquier persona relacionada con la economía de las empresas conoce estos conceptos, ¿con quién se relacionan nuestros bancarios?
La prima de emisión, o de asunción en las sociedades de responsabilidad limitada, existe por dos posibles razones, básicamente. La primera obedece a que en una ampliación del capital social se ha pretendido que no exista dilución de las reservas previas y para que los posibles nuevos accionistas no se vean favorecidos por la existencia de reservas previas en la sociedad, se emiten las acciones con una prima de esfuerzo adicional al nominal del capital social. Y la segunda posibilidad es que en una sociedad, al comienzo de su vida mercantil, siendo los socios conscientes de que se pueden producir pérdidas en los primeros momentos y para mantener intacto el nivel de garantía que quieren ofrecer a terceros, parte del desembolso previo se atribuya a una prima de emisión. Hay que saber que una reducción del capital social por causa de pérdidas es costosa de materializar. Con la prima de emisión se evitan estos costes. Pero la prima no ha surgido de la nada, es reflejo de un desembolso adicional al capital social.
Mi amigo ha acudido a una entidad financiera, en este caso conocido como banco y que presume de cultura y saber, para despejar las dudas que el bancario de turno (a veces parecen despachantes), le ha transmitido. Resulta que una empresa dedicada a desarrollar un negocio, en la que los socios han desembolsado la módica cifra de trescientos mil euros, hace un cierto tiempo, y parte de los cuales lo han sido en forma de prima de emisión, decía que la empresa había pedido al banco culto un préstamo para adquirir equipos. Un préstamo de esos en que el estado, a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO), aporta los fondos y el banco, culto o inculto, limita las posibles pérdidas. El préstamo pedido era de cuarenta mil euros, un 13% de los fondos propios.
El bancario, agresivo él, se quejaba de que la empresa tenía poco capital (más o menos el 50% de los fondos propios) y que los socios deberían avalar, de manera personal, la operación, por que su compromiso con la sociedad no era suficiente. Mi amigo, persona paciente, le ha respondido a eso que se estaba olvidando de la prima de emisión y que el compromiso de los socios se medía por lo desembolsado. Y la respuesta del docto analista ha sido: «ya, es que la prima de emisión no se tiene en cuenta».
¿Le dijeron lo mismo a los dueños de huertas con capitales de reducida cuantía que pidieron préstamos para construir casitas innecesarias y que ahora estamos financiando el conjunto de los ciudadanos de este país?, ¿estudian algo los bancarios, aunque solo sea por curiosidad?
Con la Iglesia hemos topado, Sancho.
Son igual de ignorantes que aquellos que condenaban a la pira funeraria a los que decian que la Tierra era redonda y que giraba alrededor del Sol, o a aquel que descubrió la circulacion de la sangre en el cuerpo humano. Y tantos y tantos otros.
Salud