2ª y última parte del relato que presenté al concurso literario que organiza la asociación profesional de la que soy miembro, sin lograr convencer al jurado del mismo. Espero que ustedes serán más magnánimos conmigo.
continuación …
Porque el Patrimonio neto no era como el activo, que cambia, que muta, que puede ser igual a otros, que no contiene esas referencias históricas que dan durabilidad a la empresa. No entendía que pudieran hablar del activo como el todo que da sentido a la empresa. El patrimonio neto guarda en su seno el origen y el sentido último de la empresa. Porque hablamos en términos de empresa, social o individual, mercantil o cooperativa. Pero cuando mejor se entiende es en el caso de la empresa tipo sociedad de capital, de esas que perduran a lo largo de los siglos, a diferencia de las personas físicas que siempre son temporales.
Estaba absorto en su disquisición conceptual y hablaba consigo mismo como si estuviera dictando una clase en la facultad.
Lo vas a entender si te pongo un ejemplo. ¿Recuerdas a General Electric (GE)? La que fundó Edison, sí, la única empresa que permanece en el índice Dow Jones desde la creación del índice hace casi 120 años. Pues bien ¿Dónde crees que está escrito el ADN de la GE, en el activo o en el patrimonio neto?, ¿Dónde se anotaron los beneficios, las pérdidas, las aportaciones, las subvenciones, en el activo o en el patrimonio neto?, ¿Te parece lógico decir que el patrimonio neto de General Electric es el residuo, si se quiere histórico, de su activo al restarle los pasivos?
Usemos el cálculo, me refiero al cálculo diferencial, y vayamos al límite, que es el mejor método para explicar muchas cuestiones, en el límite podemos afirmar que pueden existir empresas sin pasivo, pero no pueden existir empresas sin patrimonio neto. Y siendo así las cosas, no podemos definir de forma tan poco sentida, tan chabacana, aquello en lo que reside la sustancia de la empresa, aquello que acumula el reflejo de lo que fue y que anticipa lo que quiere ser.
Este contable, antiguo si se quiere, pero que tenía un profundo respeto por la propiedad y la naturaleza de las cosas, seguía desgranando lentamente ese valor de la sustancia. Embebido en sus pensamientos no se daba cuenta de que la mañana avanzaba inexorablemente.
En el patrimonio neto se recoge el quién es quién dentro de la empresa, dentro de la sociedad, se registra el ir y venir en la misma, se definen las relaciones de poder que se dan en ella y nos adelanta por donde será su discurrir futuro. Nada de esto se registra en el activo. Es en el patrimonio neto donde reside la capacidad de ordenación, tanto de los activos como de los pasivos. El patrimonio neto es lo primero que aparece en una empresa y lo último en marchar, es el alfa y el omega de su existencia. Es el punto de conexión entre la propiedad y la empresa, el punto de unión entre los que son distintos pero no distantes entre sí.
Se dijo ¿Recuerdas las magnitudes flujo y las magnitudes fondo? El balance de situación era una imagen de un instante del tiempo, de la situación en un momento dado. La cuenta de pérdidas y ganancias era algo más, era el devenir de un ejercicio, lo ocurrido durante un ciclo de actividad ¿Y cuál era el nexo de unión entre balance de situación, fondo, y la cuenta de pérdidas y ganancias, flujo? El patrimonio neto.
Y es que el principio de prudencia residía aquí, en el patrimonio neto. Era el patrimonio neto en el que se registraba el resultado del ejercicio, ese que recogía, por decirlo de alguna manera, la aplicación de ese principio contable. Principio que había acompañado a los contables desde hacía siglos. Porque, aunque algunos fueran de la cofradía de la contabilidad creativa, tenían principio de prudencia, como los ladrones de la película en que estos eran gente honrada. A diferencia de los de esas empresas que provocaron las famosas estafas de principios del siglo XXI y la desaparición de la auditora más famosa, para esos sí que el patrimonio neto había sido un residuo.
Se sentía capaz de definir el patrimonio neto, este era el… Una fuerte y molesta alarma, procedente de su móvil, interrumpió sus pensamientos ¡Dentro de una hora tenía que estar en la empresa que gestionaba la selección del puesto al que se había presentado! Por supuesto era de contable. Se vistió precipitadamente y se dirigió al metro, tenía el tiempo justo para llegar. Al apearse del vagón se dijo a sí mismo, “tranquilo, tienes tiempo de sobra para llegar, camina despacio, relaja los nervios y respira profundamente; recuerda, las personas que dominan hablan quedamente, no necesitan elevar la voz”.
Llegó a las oficinas, le franquearon la entrada y, después de una breve espera de 5 minutos, con puntualidad británica le hicieron pasar a la entrevista. Se enfrentaba a la Directora de Personal (DP) y al Director Financiero (DF) de la empresa que le podía dar el empleo y al Experto (E) de la de selección.
DP: ¿Por qué se postula para este puesto?
Candidato: Porque hace poco regresé a España, tengo que trabajar, a ser posible en lo mío que es la contabilidad, y este puesto me pareció interesante
DF: ¿Conoce el Plan Contable?
Candidato: Creo que sí
E: ¿Podría definir qué es el Patrimonio neto de una empresa?
Candidato: Es la parte residual de los activos de la empresa, una vez deducidos todos sus pasivos
DP: Concreto y preciso
E: Muy bien, se nota que domina la profesión y está al día
DF: Y se aprecia que conoce el plan. Me gusta. El puesto es suyo, sin dudarlo
Agradeció las felicitaciones, con una sonrisa, en señal inequívoca de satisfacción, al haber conseguido el puesto. Luego, dio media vuelta y se encaminó a la salida, mascullando, con fuerte acento francés, “odio a estos malditos roedores”. Y mientras alcanzaba la calle decidió que había llegado la hora de empezar a buscar un puesto de trabajo más acorde con sus habilidades y no esta boludez de contable residual.