Hoy no puedo acudir a la cita regular para llevarles algún análisis acerca de lo económico. Después de más de 200 entradas, debo hacer, necesariamente, una pausa. Y es por eso que lo siento, pero ese sentir es más amplio.
El viernes 15, a punto de cumplir los 95 años, falleció mi madre, que fue la persona que me alentó para acercarme al mundo de la economía. Este blog era y es, en parte, un homenaje a su apoyo. Por supuesto, sabía que era el real de a ocho. Hasta hace escasas fechas leía todos mis artículos con gran interés y los comentábamos. No siempre estuvo de acuerdo, pero siempre me agradeció las explicaciones que le proporcionaba.
Mi madre fue una persona ávida de conocimientos, curiosa en lo intelectual, preocupada por entender los cambios que se producían en el comercio, en la industria y por el avance tecnológico. Tenía una mente abierta, capaz de entender casi cualquier acontecimiento o posición, con sumo respeto para todos aquellos que defendían sus puntos de vista con honradez, nunca creyó en las imposturas ni en las creaciones artificiosas. Y tenía una memoria prodigiosa con la que cazaba los engaños con suma facilidad, pues recordaba lo que se dijo y lo que se decía.
No crean que no hubiera entendido que hoy publicara algo, como si nada hubiera sucedido, pues no gustaba de los alardes, prefería la sencillez. Pero a mí me ha parecido más oportuno rendirle tributo con estas breves líneas. Todos los que la conocieron comparten que “ha quedado en nosotros”. Y es por eso que, lo siento.
Los cuidados y atenciones que le has dedicado todos estos últimos años de su vida, te honran. Por eso se que estarás tranquilo después de decirle adiós. Los que admiramos y buscamos tu asesoramiento en temas mercantiles, fiscales y económicos, también te admiramos como persona.
Da gusto leerlo !cuanto cariño y admiración!