El Boletín Económico del Banco de España (BDE) es una de las fuentes de información más importantes sobre la economía española y el del mes de septiembre (publicado el 24 de dicho mes) nos informa de que el crédito a empresas y particulares sigue cayendo y que la actividad económica se estanca. De la misma forma que está estancada en el resto de la UEM (Unión Económica y Monetaria o Zona Euro)
No se vislumbran datos esperanzadores que permitan afirmar, como alegremente hacen algunos analistas, que deban revisarse las expectativas de crecimiento a corto plazo al alza, más bien todo lo contrario, deberían ser revisadas a la baja. Pero así nos va, confundimos los deseos con la realidad.
Estamos inmersos en una “lucha” de predicciones positivas con la intención de mejorar el clima económico del país. Pero yo creo que así no se arregla la situación. Cómo no se arreglan las ciudades diciendo que deben estar más limpias, cómo no se arreglan las empresas diciendo que tendrán más beneficios. Hay que poner en marcha políticas activas de empleo, que aumentarán la ocupación y supondrán crecimiento económico, así sí mejoraría la situación; hay que contratar mejores servicios de limpieza y educar a los ciudadanos para que ensucien menos, así sí resultarían más habitables las ciudades, y hay que invertir en innovación, desarrollo y tecnología y las empresas mejorarán su cuenta de resultados.
Los perspicaces ciudadanos detectan cuales son las perspectivas con que contamos y no se dejan engañar por anuncios más o menos animosos. En la página 4 del citado boletín vemos que la variación del índice de confianza de los consumidores vuelve a estancarse, así como el índice de comercio al por menor, ¿dónde están las expectativas de aumento de la demanda interior?
Hace unos días, una lectora del blog me comentaba que no estaba de acuerdo con mis anteriores previsiones o predicciones, incluso me calificaba de catastrofista, pues un constructor le decía que empezaba a tener problemas para encontrar a profesionales del ramo y, según le explicaba el conocido constructor, esto era señal inequívoca de que la actividad estaba claramente en una senda de crecimiento y en seis meses íbamos a ser testigos de una reactivación desconocida. Le dije que me encantaría que esa predicción se cumpliera, pero que lamentablemente el autor de la profecía se olvidaba que en los dos últimos años la población de este país de entre 21 y 65 años, la que está en edad laboral, se había reducido en casi 500.000 personas, ver análisis aquí, hecho insólito en la serie estadística; a lo mejor esta era una explicación más lógica y razonable.
A todos nos gustaría que la situación fuese mejor, pero los datos que vamos conociendo nos indican que ese pequeño repunte de los primeros cinco meses del año se ha desvanecido. La realidad es tozuda. Lo peor del caso es que el deterioro de la economía ha sido de tal calibre que tardaremos muchos años en recuperar, no ya niveles de crecimiento importantes, si no una cierta estabilidad del sistema. Fíjense, el dato hecho público por la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) sobre Estadística por partidas del Impuesto sobre Sociedades del ejercicio 2012, que se declara en el ejercicio 2013, nos dice que en el 2012 las entidades sometidas al impuesto han declarado un resultado contable neto negativo de 94.500 millones de euros, aproximadamente, para el conjunto de los declarantes; es decir, esa cuantía minorará las bases imponibles y liquidables de los próximos ejercicios de manera significativa y limitará la recaudación por este tributo, ¿se dan cuenta del efecto sobre la estabilidad del sistema de cuestiones de esta naturaleza?, ¿quién puede hablar de buenas perspectivas?
Ministerio de Economía
El Índice de Cifra de Negocios Empresarial, publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el 22 de septiembre, nos avisa de un nuevo estancamiento en la tasa anual de crecimiento, después de un descenso acusado en junio y un ligerísimo repunte en julio ¿dónde está el crecimiento? Es cierto que el sector turístico está viviendo un año record por el número de turistas que llegan. Las pernoctaciones en los establecimientos hoteleros han aumentado en los ocho primeros meses del año en 2,8% con relación al mismo periodo del año anterior, si bien la estancia media de los viajeros ha disminuido ligeramente.
La conclusión es que las perspectivas no son halagüeñas y hasta el propio ministro de Economía lo dice. Es por ello que seguir retrasando la puesta en marcha de planes que generen actividad por parte de las administraciones y que atraigan a las empresas es fundamental para que, de verdad, se produzca crecimiento y generación de empleo. Todo lo demás serán parches para que la situación no vaya a peor.